Palabras... palabras que llegan a mí, en mi auxilio, en mi ayuda...
Palabras que reciben estoicamente mis sentimientos en desdicha y esperanzas quebradas.
Palabras que me acompañan en silencio, mientras lloran mis dedos en esta carta.
Una por una, se acercan y me esperan; algunas tímidas, otras exaltadas.
Con las tímidas juego a encontrarlas, porque se esconden y resulto entretenido buscándolas.
A las exaltadas, si no las contengo, me desbordan y hacen lo que se les dé la gana.
No juzgan. No preguntan. No cuestionan.
Solo están y son. Se acompañan y me acompañan, mientras desahogo esta pena amada.
Ahora las veo atadas.
Dejaron de ser una.
Dejaron de estar aisladas.
Ahora las palabras son una con mi alma.
¿Qué lees que sonríes? - Me preguntó el dragón.
Un viejo escrito mío - Respondí.
¿Y qué dice?
Palabras... solo palabras.
Palabras que reciben estoicamente mis sentimientos en desdicha y esperanzas quebradas.
Palabras que me acompañan en silencio, mientras lloran mis dedos en esta carta.
Una por una, se acercan y me esperan; algunas tímidas, otras exaltadas.
Con las tímidas juego a encontrarlas, porque se esconden y resulto entretenido buscándolas.
A las exaltadas, si no las contengo, me desbordan y hacen lo que se les dé la gana.
No juzgan. No preguntan. No cuestionan.
Solo están y son. Se acompañan y me acompañan, mientras desahogo esta pena amada.
Ahora las veo atadas.
Dejaron de ser una.
Dejaron de estar aisladas.
Ahora las palabras son una con mi alma.
¿Qué lees que sonríes? - Me preguntó el dragón.
Un viejo escrito mío - Respondí.
¿Y qué dice?
Palabras... solo palabras.