sábado, 15 de diciembre de 2012

A mi hermano

Hoy el dragón y el humano me han cedido este espacio. 
Para Julian Enrique:

A mi hermano.

A quien tengo mi corazón atado.
A quien siempre ha estado a mi lado.
A quien estoy unido más allá de un genético lazo.

Eres mi ejemplo.

De cómo vivir el momento.
De jugar sin pensar en el tiempo.
De reir y que las horas pasen corriendo.

Mi amigo más querido.

Tu compañía siempre he sentido.
Tus palabras las escucho en mi oido.
Tus recuerdos están a diario conmigo.

Te extraño.

Y no importa cuánto.
Y no hay afan de encontrarnos.
Y no me preocupo por estar lejanos.

Porque sea donde sea, 
momento a momento, 
abrazo tras abrazo,
eres y seguirás siendo mi amado hermano.


Jorge Augusto
15 de diciembre de 2012

miércoles, 12 de diciembre de 2012

Canción al viento

¿Qué puedo decirte?
Si me robaste la palabra;
mi boca tiene tu nombre
y solo por ti clama.

Mis manos hacia ti, estiradas
con esperanzas rotas atadas,
rasgan fútilmente el aire,
buscando tu estela, enamoradas.

En pena caminan mis ojos,
honda y lejana la mirada,
en busca de ese horizonte
en el que aparezcas, Amada.

Me encierro en silencios,
a la espera de tus risotadas,
soy furtivo cazador de sonrisas,
que a su alma, con fuerza, amarra.

Tristes acordes de este tema
los que quiebran mi guitarra,
cuan radiante sería este canto,
si tu corazón, al mio amara.

Canción, quiebra en llanto,
que en desamor canta y canta;
por suspiros no correspondidos,
por ella,
calla,
calla.

miércoles, 31 de octubre de 2012

Disonancia mental


Hay momentos en que los que ni siquiera la música, por más alto el volumen, logra acallar mis pensamientos. Violines y pianos agudos, tambores bajos, profundos, son insuficientes.

Absurdo, ¿verdad? Pero no. No tengo forma de controlarlos. Ellos se subleban a cualquier intento de represión y me ganan; impotente, desesperado, resignado, termino sometido.

Debería sentirme orgulloso de ellos: guerreros, impávidos, invencibles; pero no. No cuando me desgarran y me atormentan. No cuando, inmunes a mi sufrimiento, se imponen y me dejan en atribulado estado, atrapado en su juego despiadado.

¿Cómo es posible que mi mente se preste para juegos macabros? ¿Cómo es posible que yo mismo sea víctima y victimario? ¿Qué soy acaso?

Insisto con la música (¿existe algo más potente?). Rompo mis tímpanos con sonidos que habitualmente me llevan al borde del éxtasis y emoción pura, pero ahora no; mis pensamientos gritan, cantan, suenan, truenan, retumban más fuerte que todo.

Añoro ser sinestésico: oír colores, ver sabores, palpar visiones, oler sonidos, trastocar mi cerebro, a ver si de alguna manera los sosiego, los acallo, los dejo por segundos en silencio.

¿Qué hago? No. Esa no es la pregunta: ¿Qué pienso?

lunes, 13 de agosto de 2012

Heridas


¿Y por qué lo vas a hacer?

Deseo terminar ya con esto. 
No quiero seguir sufriendo.

¿Estás seguro?
¿No consideras que es algo precipitado?

Tal vez, pero siento que voy a morir.

Tampoco es para tanto.
Dentro de poco sanará. 
Solo sé paciente y dale algo de tiempo.

Y mientras tanto, ¿tengo que seguir aguantando este profundo dolor en el pecho?
¿Eso pretendes que haga?

Ese tipo de heridas no son mortales.

Los tipos mortales somos nosotros...

Exageras.

¿Te parece que exagero?
¡Qué quieres que haga! 
Es insoportable.

Toma las cosas con calma.
Eso desaparecerá con el tiempo.
La cicatriz que te dejará será un simple recuerdo.
En cambio... las heridas del alma son agonías permanentes.
Se llora en silencio, sin lágrimas ni consuelo. 
Las risas se tornan sufrimientos inclementes.
El no amar es verdaderamente una muerte.


Pensé que el herido era yo.

...

Tienes razón... Ayúdame a levantarme.
Por lo pronto detendré el sangrado.
¿Me alcanzas una venda, por favor?


viernes, 20 de julio de 2012

Auxilio

Escucho un grito en el trasfondo del bosque. Intrigado, me apresuro a llegar al lugar del que proviene semejante aullido. Observo para todos los lados en busca de una señal que me permita comprender la situación y su protagonista.

No veo nada. Giro. No encuentro todavía nada.

Me acerco lento a una roca de buen tamaño que se encuentra empotrada en el claro de la floresta. Me subo en ella para percibir un mejor panorama, sin embargo no diviso nada...

Nada.

Hago una pausa. Cierro mis ojos rojos y es entonces que comprendo el artificio en el que estoy inmerso. Acabo de recordar mis pensamientos previos al lastimero quejido. Sonrío, extiendo mis alas y me elevo con calma y tranquilo, pues doy cuenta  de que aquel grito no es otra cosa que el eco profundo de mi locura, la cual acabo de enterrar en mi lo profundo de mi razón.

viernes, 13 de julio de 2012

Mayéutica dracónica



¿Dudas? 
Sí.
¿Dudas de qué? 
De todo. 
¿Dudas también de mí? 
Sí, dudo de mí. 
¿Y de ti? 
También de ti. 
¿No has dudado de tus propias dudas? 
Creo que esa podría ser la primera certeza.


Si dudas, no fluyes.
Si fluyes, no dudas.

viernes, 22 de junio de 2012

Ecuación de un pensamiento


1= No soy etéreo.
2 = Día a día envejezco.
x= La vida se escapa de mi vida.
4= Me diluyo con premura en el tiempo.


Soy una canción con un final cantado,
que entremezcla los sonidos 
de lo que he querido  y de lo que he venido siendo. 
Soy un violín destemplado, 
cuyas cuerdas dejaron de vibrar,
y son apenas suspiros y ecos.
Soy un tambor de golpes ausentes, 
que retumban lánguidos en las grietas 
de un espejismo insulso, vacío y yerto.
Soy cada vez, más silencios. 
Silencios que nadie oye. 
Silencios que nadie escucha. 
Silencios que ni yo mismo siento.

¿Cumpleaños a mí o yo a los cumpleaños?
Estoy en mi nombre, por eso no me llamo ni me contesto.
Los años son los que cumplen. Que cumplan ellos.
Los números augurio son utópicos
para los años que tengo y cuento.

Tres veces tres y tres veces diez.
Tres, tres, tres... 
Un momento... está sobrando.
Sí,está sobrando.
¿Un tres?
No, lo que escribí antes del "Tres", porque todo eso son "x" y hoy las "x" son iguales a cero.