miércoles, 10 de marzo de 2021

Duelos

Esta canción que hoy estoy componiendo,
será un duelo por mi pasado,
es un duelo por lo que viviré,
y aunque ha sido un duelo silente,
a futuro sé que dejará de doler.
 
No obstante, la esperanza esté presente,
Este duelo
duele.
Duele por mí.
Duele por el propio duelo.
Duele porque debe así debe ser.
 
Qué más da si no soy el mismo.
Siento culpa por no ser igual.
Miro hacia atrás y me encuentro siendo otro
y lloro desconsoladamente por ese que quedó atrás.

Me miro y apenas me reconozco,
o tal vez, creo verme,
o me pretendo reconocer;
sé que son mis ojos, 
pero claramente no es la misma mirada,
sé es mi propia voz la que escucho
pero definitivamente no son las mismas palabras,
sé que mis manos siguen abiertas y dispuestas,
pero extrañamente no tienen el mismo tocar.

¿Qué tanto he cambiado?
¿Mi piel es la misma piel?
¿Qué «yo» ha prevalecido?
¿A qué «yo» debo serle fiel?
 
Arrancarme de mi imagen cuesta,
porque me aferro al que siempre deseo ser,
porque me escondo en tantos recovecos de mi mente,
porque me acostumbré a la idea de pensarme inmanente,
porque me aterra ser otro diferente,
porque me ciego a otras posibilidades de ver;
mas ante toda esta sarta de excusas y pretextos,
arrancar, en últimas, es lo que cuenta.
 
Hoy entierro a un «yo».
Hoy lloro a este «yo».
Hoy despido a ese «yo» muerto.
Hoy mato a mi «yo».
 
Hoy también me desentierro.
Hoy emerjo de mi tumba.
Hoy me sacudo la tierra que me he echado.
Hoy vivo para, por y en mí.