martes, 17 de diciembre de 2013

Abrazos y sonrisas

Hoy el dragón y el humano me han cedido este espacio. 


¡GRACIAS! Y se las digo a más de 50 chiquitines* que hoy me dieron los grandes regalos de un abrazo juguetón y sincero, de una sonrisa espontánea y despreocupada. 

Pero esos abrazos y sonrisas van más allá. Son una gran enseñanza. 

Hoy me di cuenta más que nunca, que de niños somos seres sabios**, porque nos entregamos al momento sin peros ni reparos; porque nos damos a los demás, y aún siendo desconocidos, confiamos; porque somos honestos con nuestros sentimientos y no nos cuesta manifestarlo; porque apreciamos el cariño y la compañía de los seres humanos; porque vivimos... simplemente vivimos.

Me enseñaron que las cosas tienen sentido cuando hay un otro. Cuando nos vemos a nosotros mismos en los otros.

Aprendí lo que he venido aprendiendo y que seguiré aprendiendo, y es a servir; a dejar de pensar tanto en mí, a no sentir que soy un individuo; a aceptar que la vida tiene sentido cuando reconozco que yo soy los demás; a que no soy uno; a que soy todos.

Hoy no vi niños. Hoy vi seres humanos y los valoré como tal. Dejé a un lado mi posición de adulto que "sabe de la vida" y abrí mi corazón a quienes sí saben vivir.

Con lágrimas escribo, porque la experiencia fue profunda; felizmente, muy profunda.

¡GRACIAS! 



* Niños de tres a nueve años, sin protección familiar, pertenecientes a una fundación.
** ¿Qué pasa con esa sabiduría? Será tema de otro escrito.

lunes, 11 de noviembre de 2013

La flor de un día

El sol relució en el alba; tibió árboles, hierbas y flores por igual; evaporó con calma las gotas del rocío formadas durante su ausencia luminosa y marcó el inicio del tiempo que durante la senda iba a cambiar.

Después de un rato, las coqueterías solares incrementaron su intensidad, elevaron la temperatura e hicieron que el mundo se quisiera tapar. Llegó el medio día y las sombras desaparecieron por un breve instante, el sol no perdonó y se declaró como dueño y señor de todo lo que aquí hay.

Las nubes, egoístas, se entrelazaron hacia la tarde, queriendo ser las únicas en recibir la gracia solar; por eso toldaron el día con su grisáceo color, para después terminar llorando sobre los campos; todos los colores del mundo fueron cubiertos por las aguas del cielo y al mundo pretendieron momentáneamente inundar.

Llegó el caminar de la noche, abriéndose paso entre la batalla de haces luz: unos marchantes y otros renuentes a irse; finalmente el ocaso cedió ante el velo de la noche. El nocturno manto permitió lentamente el paso de los hilos de algunas estrellas, que poco interés tuvieron en el mundo calentar. 

Con la llegada de la luna, las luces estelares abandonaron el privilegio de iluminar; los rayos de la blanca se aunaron al frío inclemente y húmedo, sin embargo, las nubes nuevamente aparecieron y taparon, no con gris, sino con negro el día en su intento de dormitar.

Con la tímida llegada solar, floreció la esperanza de un día de estaciones más...


Definitivamente, 
nada es definitivo;
nuestra percepción del tiempo 
y el mismo tiempo,
son relativos...

Así como lo es el sentimiento subyacente a este escrito.

domingo, 13 de octubre de 2013

Amalgama de un deseo

De parte del Dragón y el humano, para una mujer:


Sonríe.
Sensual y bella.
Que el tiempo se refunda.
Que el disfrute sea tu esencia.

Suspira.
Libre y sincera.
Que tu alma respire en calma.
Que el clímax no te de espera. 

Suéltate.
Siéntete plena.
Que tus temores se diluyan.
Que ahora pierdas la consciencia.

Vive.
Sueña.
Que te olvides de este mundo.
Que del placer seas dueña.

Porque el amor es tu naturaleza
Porque de amor estás hecha.
Amorosa y amada;
Satisfecha.

viernes, 13 de septiembre de 2013

Liberación


- Tu nombre es Jaula. Eso eres y serás. 

Tus barrotes son invisibles pero no hay quien no pueda verlos; a través de esos hierros sacamos nuestras manos atadas y atisbamos la sensación de cualquier viento pasajero, pero el sentimiento es un simple espejismo, es un anhelo de estar por fuera de ti aunque sea por momentos.

Vueltas y vueltas damos en tu encierro, a pesar de que los caminos que trazamos nos parecen nuevos toda vez que los recorremos; perdemos a ratos nuestra sombra, pero siempre vemos las de los demás reos. Por eso nos burlamos de ellos. Es, tal vez, una manera de sobrellevar el duro aprisionamiento. Jaula, a la larga en ti todos somos el mismo preso.

Maldita. Tienes el poder del sortilegio; nos creemos contentos entre más y más barrotes tenemos. Nos declaramos tan culpables como inocentes de este absurdo encierro. En ti perdemos el sentido del tiempo: los ayeres son hoy y mañanas, y por tu culpa seguimos invirtiendo los momentos.


Déjanos sentirnos libres, prisión de humanos pensamientos. ¿Acaso debemos morir en el intento de librarnos de tu yugo absurdo para poder verdaderamente serlo? 


- Estás confundido, hombre. No soy, ni hago lo que dices. Has sido tu propio juez y me asumiste como tu castigo. 

Creiste venir a mí y en mí vivir una condena, pero no me has encontrado siquiera, porque el que está en mí realmente, siente que soy el liberador de sus penas y cadenas.

No soy y no seré jaula, porque ese no es mi ser. Mi verdadero nombre es Amor.


miércoles, 21 de agosto de 2013

Epístola a una mujer


Querida...


...Me encantó iniciar esta carta así, verbalizando en una palabra lo que eres para mí. Te quiero.

Ahora que lo pienso y lo siento, ella te condensa y me concluye. Es en resumidas cuentas una voz que nos une.

Qué bonito es decirlo todo así, con el mínimo de palabras, pero con la inmensa extensión de un profundo sentimiento; con un significado desnudo y diáfano, diciendo lo que en verdad se quiere decir.

Léela, pronúnciala, repítela en voz alta; haz un silencio; afina tu oído y deja que te envuelva y te acaricie; pues esa palabra está en mi boca, en mis manos, en mis brazos. Soy yo por ti.

La digo, la grito, la expreso, y mientras la escribo, sonrío de gusto y lleno de contento, porque eso eres tú en mí. 

Hoy no hay más palabras, pues las demás son innecesarias en este papel (por hoy). Por eso, creo que dejaré esta carta así: tú como inicio y tú como fin...


... querida.



lunes, 5 de agosto de 2013

Lógica dracónica

Le pregunté al dragón por la felicidad y su respuesta fue:


"Es encontrarse en sí mismo, pero yendo más allá de la propia percepción de quien se es.

Es estar en el centro del mismo centro.

Es dejar de buscar en otros la respuesta de quien se es. 

Es no preguntarse por quién se quiere ser.

Es entender que somos uno y los otros. 

Es no ser yo y no ser tú.

Es saber que no somos lo que los otros creen que debemos ser 
y que los otros no son lo que uno cree que son.

Es no saber y es creer.

Es aceptación."


Ahora me pregunto si el dragón me respondió a mí o fue una respuesta para sí mismo...

domingo, 9 de junio de 2013

Amor de dragones

Fui testigo de una pasión. En mí fueron depositadas las confesiones de dos corazones y sus amoríos. 

Ambos llenos de júbilo mutuo y correspondencias. Se entregaron y dedicaron el uno al otro sin peros ni reparos desde que se conocieron. Habían vivido hasta el momento el uno para el otro y solo lo supieron hasta entonces...

Pero como todo, esto tomó su tiempo.

Tuvieron que vivir otros conatos de amores, que con la inocencia de la impaciencia, creyeron fuertes y eternos. Lágrimas y esperanzas quebradas fueron parte del precio (unas veces causadas por ellos mismos a otros; unas veces causadas por otros a ellos mismos). Sonrisas y momentos sinceros pagaron el resto (mucho menos frecuentes, pero estos tienen un mayor precio).

Estando en la misma balanza, se cruzaron muchas veces de extremos. Cuando él estuvo bien, ella no. Cuando ella logró estabilizarse, el lado de él cayó. Solos por su cuenta unas veces; en otras, uno sí y el otro no, en otras tantas al tiempo emparejados. En fin... balanzas de la misma balanza.

Traspiés tras traspiés dejaron atrás, para encontrarse en el mismo camino. Dicho camino lo hallaron cuando creyeron que les restaba el último tramo de sus solitarios senderos. Cada uno estaba resignado a completarlo solo.

Fue justo en ese punto que se vieron. Sus sendas fueron entonces paralelas y cercanas, tanto, que estiraron sus brazos y sus dedos, y caminaron hacia el mismo horizonte, tomados de la mano.

Sí. Era el último tramo. No restaba mucho, pues a ambos ancianos les faltaba poco por llegar; pero el tiempo que tuvieron fue perfecto:

Para sentirse toda una vida acompañados.
Para comprender que lo que experimentaron fue lo que los llevó a su encuentro.
Para que todos sus sentimientos por los otros fueran ciertos.
Para que el amanecer y el ocaso de sus vidas tuvieran nuevamente sentido.

Soy joven y relato las palabras de ambos abuelos, no obstante no las he podido comprender. Les insistí en que me ayudaran pero solo me dijeron: "No te afanes que cuando te enamores, lo sabrás" Fue lo último que me dijeron. 

Hasta ahora dos cosas no he podido lograr: comprender el amor y esta historia, y dejar mi afán de quererme enamorar.


viernes, 31 de mayo de 2013

Cacería

Después de haber asumido una forma humana sencilla y común, caminé por las calles camuflado entre las luces y la penumbra de la noche citadina.

Paso a paso me propuse cazar una mirada. Fuera la de un hombre, fuera de la una mujer. Una mirada. Sin embargo, si ante mis presas naturales soy el más diestro depredador, fui el más impotente para la atención humana. Caminé invisible gracias las preocupaciones de la gente y el transitar de artificios que los hombres consideran reales (pero son artificios). 

Los ojos de la gente fueron todo el tiempo esquivos. Algunos me vieron, pero con el mismo parpadeo huyeron de la cetrería. Hubo unos muy pocos que los creí encontrados con los mios, pero, curiosamente fueron ilusiones ópticas. No era yo el punto de su mirada. Era más una transparencia que distorsionaba de alguna forma su visión cegada.

Después de intentarlo muchas veces, desistí con cierta frustración. ¿Era insignificante mi presencia como para no lograr fugazmente un interés? Luego entendí...

No pude evitar pensar en los hombres que en ciertas oportunidades quieren ser vistos por el solo hecho de ser vistos, sin tener que acudir a acciones provocadoras de atención.

Caminar entre calles y tumultos podría ser un momento de compañías pasajeras, en donde la empatía pululara en el aire y los hombres se sintieran un solo humano; pero por lo que vi, esas miradas caminan absortas en pensamientos, preocupaciones, sueños, rutinas y deseos; es una gran mayoría ensimismada en la misma visión de individualidad, equiparable a una sensación de soledad.

Hoy no vi alegrías ni agradecimientos por la vida y la existencia misma, por el simple reconocimiento de los otros como seres de ese universo que a todos nos mira. 

Caza infructuosa. 

lunes, 13 de mayo de 2013

Vuelo

Respiro.

Mi cuerpo viaja a donde mi mente me lleva. Surco el aire a toda velocidad mientras mis sentidos se condensan en un aparente vacío, llenos de energía, delirio y fuerza, vibrando en una marea de sensaciones que me dominan; es mi vuelo.

Abajo la naturaleza pierde su forma estática y corre tras de mí; en el frente el paisaje está expectante y presto a mi fugaz pasada.

Vuelo, vuelo, vuelo como si eternamente lo hubiese hecho. No tengo un límite, o bueno sí lo tengo: el firmamento.

Las nubes, tan mullidas desde tierra, son gotas invisibles de agua, que en nada se parecen al algodón, blando y seco del cielo; rasgan con frío trémolo la piel de mi rostro, de mis manos, de todo el cuerpo. Me congelo, pero no.

¡Puffffffffff¡ Indescriptibles percepciones. El mundo no está quieto. Me gusta, me gusta; me gusto. Yo, el viento, el vacío inexistente; todo tiene vida, todo tiene movimiento, todo vibra antes de mi paso, con mi paso y mi estela de éxtasis.

Respiro.

viernes, 1 de febrero de 2013

Palabras

Palabras... palabras que llegan a mí, en mi auxilio, en mi ayuda... 
Palabras que reciben estoicamente mis sentimientos en desdicha y esperanzas quebradas.
Palabras que me acompañan en silencio, mientras lloran mis dedos en esta carta.

Una por una, se acercan y me esperan; algunas tímidas, otras exaltadas.
Con las tímidas juego a encontrarlas, porque se esconden y resulto entretenido buscándolas.
A las exaltadas, si no las contengo, me desbordan y hacen lo que se les dé la gana. 

No juzgan. No preguntan. No cuestionan. 
Solo están y son. Se acompañan y me acompañan, mientras desahogo esta pena amada.
Ahora las veo atadas. 
Dejaron de ser una.
Dejaron de estar aisladas
Ahora las palabras son una con mi alma.


¿Qué lees que sonríes? - Me preguntó el dragón. 
Un viejo escrito mío - Respondí.  
¿Y qué dice?
Palabras... solo palabras.