viernes, 23 de abril de 2021

Ensueño

Te soñé. 

Eras la emoción de un amanecer. 

Eras el relajante silencio de un ocaso.

Eras la paz en las estrellas. 

Eras la esperanza de un cielo libre, donde se puede dibujar en el aire cualquier deseo. 

Eras la abierta pasión en un horizont... ¡Momento! 

 

¿Sigo soñando o aún no he despertado? 

 

Ni lo uno ni lo otro. 

Con los ojos abiertos o cerrados, 

sigues siendo mi ensueño adorado.

domingo, 11 de abril de 2021

Conversación infantil

—¿Estás allí?

—Sí.

—Sal.

—...

—¿Qué haces?

—Tengo miedo.

—No te preocupes. Dame la mano. ¡Ven!

—¿Seguro?

—Pues sí... Confía en mí... Eso es. ¿Ves? No pasa nada. 

—Está bien.

—¿Y por qué te escondiste allí?

—...

—Me hubieras llamado o también habrías podido avisarle a alguien o gritar.

—Lo hice, pero tú no me escuchaste.

—Bueno... yo sé que a veces los adultos nos ocupamos y descuidamos las cosas, pero me hubieras insistido...

—Lo hago siempre, pero tú no me oyes. ¿Te acuerdas la otra vez que me regañaste porque me puse a llorar?

—Pues... es que tú sabes que...

—Por eso, yo estaba llorando y tú sólo me regañabas y te molestaste porque no yo no podía dejar de llorar.

—Pero es que tú sabes que no me gusta verte llorar...

—¿Ya ves? Tú no me prestas atención y no te importo. Hace mucho que no juegas conmigo, tampoco me hablas, y aunque yo te busque y trate de hablarte, me miras raro o me ignoras, y te vas. Crees que, porque soy niño, no entiendo y que no te puedo ayudar.

—Lo que pasa es que hay cosas que aún no comprendes. A veces los adultos hacemos cosas que los niños no saben por qué.

—Pues por eso te pregunto, para que me enseñes o me ayudes a entender. Yo me doy cuenta cuando estás llorando o cuando te molestas, o cuando tienes miedo también. Aquí estoy. Tal vez yo sea muy pequeño, pero siempre he estado contigo y siempre estaré.

—Jajaja, ¿y es que no piensas crecer?

—Justamente ahí está el problema: tú eres quien espera y quiere que yo crezca, por eso, me rechazas y te rechazas tambi...

—¡Ay, mira, no empieces! ¡Vete a jugar con tus juguetes más bien! ¡Hablas de lo que no sabes!

—Me estás regañando otra vez...

—¿Ya te vas a poner a llorar?

—...

—A ver, ahora no tengo tiempo para eso; vine para ayudarte ¡y con las que me sales! ¡Ya no más!

—Es que yo no soy quien necesita la ayud... No... No te vayas... ¡Por favor! No apagues la luz otra ve...

 

Apagó la luz, se alejó del espejo, y mientras se secaba una lágrima y refunfuñaba, remedó con desprecio, frustración y decepción, la voz del psicólogo, cuando en aquella mañana le decía: «Haz las paces con tu niño interior...».

miércoles, 10 de marzo de 2021

Duelos

Esta canción que hoy estoy componiendo,
será un duelo por mi pasado,
es un duelo por lo que viviré,
y aunque ha sido un duelo silente,
a futuro sé que dejará de doler.
 
No obstante, la esperanza esté presente,
Este duelo
duele.
Duele por mí.
Duele por el propio duelo.
Duele porque debe así debe ser.
 
Qué más da si no soy el mismo.
Siento culpa por no ser igual.
Miro hacia atrás y me encuentro siendo otro
y lloro desconsoladamente por ese que quedó atrás.

Me miro y apenas me reconozco,
o tal vez, creo verme,
o me pretendo reconocer;
sé que son mis ojos, 
pero claramente no es la misma mirada,
sé es mi propia voz la que escucho
pero definitivamente no son las mismas palabras,
sé que mis manos siguen abiertas y dispuestas,
pero extrañamente no tienen el mismo tocar.

¿Qué tanto he cambiado?
¿Mi piel es la misma piel?
¿Qué «yo» ha prevalecido?
¿A qué «yo» debo serle fiel?
 
Arrancarme de mi imagen cuesta,
porque me aferro al que siempre deseo ser,
porque me escondo en tantos recovecos de mi mente,
porque me acostumbré a la idea de pensarme inmanente,
porque me aterra ser otro diferente,
porque me ciego a otras posibilidades de ver;
mas ante toda esta sarta de excusas y pretextos,
arrancar, en últimas, es lo que cuenta.
 
Hoy entierro a un «yo».
Hoy lloro a este «yo».
Hoy despido a ese «yo» muerto.
Hoy mato a mi «yo».
 
Hoy también me desentierro.
Hoy emerjo de mi tumba.
Hoy me sacudo la tierra que me he echado.
Hoy vivo para, por y en mí.

jueves, 7 de enero de 2021

Canción de cuna para un abuelito

Arrurú, abuelito.

Arrurú, mi sol.

Cierra ya esos ojitos,

descansa en paz, mi amor.

 

Deja de angustiar tu descanso,

que no importa lo que pasó.

Vida plena nos diste,

tu legado vive en nuestra labor.

 

Mi corazón te agradece,

a través de esta canción,

el cariño que desde cuna nos diste

y la bendición que fue tu dedicación.

 

Arrurú, abuelito.

Arrurú, mi sol.

Cierra ya esos ojitos,

descansa en paz, mi amor.

 

No sufras más, mi viejito

que contigo sufro yo,

viaja tranquilo al nuevo mundo

que en mi vida seguimos los dos.

 

Cuando sea mi hora,

hacia ti corro y vuelo;

espérame en el cielo bonito,

en tu cielo bonito, abuelo.

 

Arrurú, abuelito.

Arrurú, mi sol.

Cierra ya esos ojitos,

descansa en paz, mi amor.