lunes, 30 de noviembre de 2015

Retorno


Solo.

Solo... no de soledad, sino de compañía en mí mismo.

Este es uno de esos momentos en los que me encuentro con el que he sido y soy.
En los que se forja un "seré".

¿Cómo he llegado a mí mismo?
No lo sé.

Es posible que me vea como quiero verme.
Es muy posible que me esté dando cuenta del propio espejismo.
Posible también es que quiera verme como cualquier posibilidad.

Veo un atardecer y lo pienso como un reflejo,
del sol que quiero ser... ese horizonte.
Del sol que se encuentra mirando su propio pasado,
Antes de ser horizonte.
Antes de dejar de ser.
Antes de cerrar los ojos y recordarse en la mirada... en sus propios ojos.

Veo lo que quiero ver.

¿Cómo he llegado a verme?
Enfrentando al espejo me doy cuenta de que me imagino.

¿Los demás me ven o me imaginan?

¡Uy! Acaban de aparecer los demás en esta reflexología inconclusa.
He reparado en ellos y a lo mejor, ellos estén reparando en mí.
Esta soledad acompañada está ahora más acompañada.

Mmm... pensándolo... me surge una duda:
¿se estarán viendo a sí mismos con este monólogo o estarán viéndome a mí?

¡Bueno! Espero que con estas palabras, ellos, ellas, él, ella, nosotros, tú...
Te encuentres y me dejes, porque ahora yo te dejo muy bien acompañado,
por una importante y cálida soledad.

Buenos pensamientos.