martes, 21 de junio de 2011

Palabra humana

De cuando el Dragón le cede el espacio al humano...


Otroyó

Soñé siendo dragón.

Cuán maravillosa vista y sensación el haber visto con otros ojos mi mundo y con otra percepción la realidad que hasta entoces creí única y verdadera.

Los aromas, dejaron de ser meros olores, para mezclarse con colores. Era/es difícil explicar/concebir semejante química, bajo las limitaciones que impone mi humano cuerpo.

En ese mismo sentido, mi vista traspasaba el mundo y a la vez, me veía transparente ¿Cómo podría describir esa desnudez? No sé. Lo más lógico que puedo decir al respecto es que miré con otros ojos.

También, la noción de tiempo fue diferente. Sentía que estaba allí y no en otro (como habitualmente me siento).Era un único momento y lugar.M i mente estuvo quieta y dedicada a sentir.Era simplemente estar ahí. Lo más extraordinario fue que, si bien me sentía en plena calma y quietud, estaba invadido y bombardeado de pensamientos, sentimientos y sensaciones, propias de la sinigual experiencia de naturaleza. Creo que fui racionalmente puro. Era, finalmente, uno y no los tantos que suelo ser, por el desenfreno y caos del pensamiento mortal y humano.

Ahora, que me dedico a comprender el sueño, pienso en lo paradógico del suceso: tuve que ser otro para sentirme verdaderamente yo.

lunes, 13 de junio de 2011

Tempo


¿El pasado es pasado? ¿Cuándo es el futuro? Cuán a menudo me han hecho las mismas preguntas. Por ser atemporal, me cuesta mucho trabajo responder,puesto que las leyes del tiempo y el espacio son de total desconocimiento para mí, pues estoy en cualquier momento, sin un adelante ni un atrás. Los humanos, en cambio, viven determinados por la linealidad de hechos que configuran su percepción de vivir.


Para ellos, el reloj y su trazo determina por completo el total de sus acciones; como yo lo entiendo es como si fuera un verdugo de su existencia. Sin embargo, el aparato ese no es en sí el verdadero problema, pues el trasfondo del tiempo, según veo, radica en el recuerdo y el anhelo.

El primero mira hacia atrás, en lo vivido y lo ya pasado (aunque los humanos procuren traerlo frecuentemente al pensamiento) y el segundo hacia adelante, lo que todavía no es y que tiene tantas probabilidades de ser y no ser, y que aún no existe (aunque los humanos lo consideren en gran medida una razón para existir) ¿En dónde queda entonces el presente?

El presente; verdadero y único tiempo existente, se refunde constantemente y se convierte, de forma paradójica, en un momento psicológicamente inexistente...