jueves, 23 de abril de 2020

Después de una pausa


Hoy soy frágil...
tan frágil 
como lo es un silencio
ante la palabra necia que se larga
e ignora un prudente callar.

Es un día de flaqueza sentimental,
en el que revivo emociones
de épocas remotas y recientes,
cuyos finales 
aún quisiera cambiar.

Me duele 
que los recuerdos no sean ocasos;
que sean viejos amaneceres insistentes;
que tozudamente existan;
y que hasta mi devenir se niegue en dejar atrás.

Ahora son momentos que no fueron,
momentos que soñé tener,
momentos que se apropiaron 
de otros momentos,
que ni un momento pudieron llegar a ser.

Reflexiono en lo que antes soñé y pienso: 
¿Qué tanto de sueño fue?
¿Desperté alguna vez de la quimera?
¿Cuánto quiero sostener esta entelequia?
¿Aún durmiendo estaré?
¿Por qué insisto en revivir hoy un pasado?
¿Por qué intento cambiar el hoy, también?
¿Para qué putas no lo acepto y no me acepto?
¿Qué mierdas será mi futuro,
si sigo a su merced?

Respiro.
             Respiro.  
                          Respiro.
                                        Respiro.

¡Pfff!
Me rio solo.
¡Qué tonto!
Suspiro: 
El hoy, mañana será un ayer.